PSICOLOGÍA DEL DEPORTE

Para alcanzar un nivel de rendimiento acorde con su potencial, todo deportista debe llevar a cabo una preparación integral de los aspectos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos. Mediante la preparación psicológica, deportistas, entrenadores y árbitros pueden ejercer un control sobre variables que afectan negativamente en situaciones de entrenamiento o competición, como:

  • rendir bajo presión.
  • pérdidas de concentración.
  • falta de confianza y motivación cuando no se cumplen los objetivos esperados.
  • estados de nerviosismo y descontrol emocional en los momentos críticos.
  • rachas de malos resultados.
  • autodiálogos internos negativos. 
  • relaciones de equipo.
  • lesiones.
  • retirada deportiva.
Igualmente importante es el trabajo a realizar con los padres de los deportistas, para que estos supongan un verdadero aliado en la actividad deportiva de sus hijos.

Objetivo

Mejorar el rendimiento deportivo sin poner en riesgo la salud mental. Se le da prioridad a la persona por encima de su actividad deportiva.

A quién va dirigido

Deportistas, principalmente en su fase de formación.

Áreas de intervención

Deporte base de rendimiento. Deportistas jóvenes en formación que comienzan a destacar y a tomárselo más en serio.

Aspectos psicológicos a trabajar

Motivación, concentración, autoconfianza, estrés, regulación emocional, nivel de activación, cohesión de equipo.

Además, se atenderán todos aquellos aspectos no deportivos de relevancia para la persona, buscando su desarrollo y bienestar general (académicos, personales, familiares,...). En caso de existir trastornos psicológicos, se derivará al especialista oportuno.

Entrenamiento psicológico

Evaluación psicológica inicial. Breve formación sobre los aspectos psicológicos que influyen en el rendimiento. Establecimiento de objetivos. Preparación de competiciones.

Formación

Entrenadores. Clubes deportivos. Árbitros. Padres. Directivos.


    • Introducción a la Psicología del Deporte 

    • Deporte Base: los padres también juegan

    • Ser de alto rendimiento

    • Motivación, autoconfianza y deporte.

    • Concentración y deporte.

    • Activación, estrés y ansiedad en el deporte.

    • Psicología aplicada al fútbol.

    • Psicología aplicada al tenis de mesa

    • Psicología aplicada al arbitraje.




Contamos con una amplia experiencia desde 1999 en asesoramiento, formación, evaluación e intervención, tanto en el deporte de iniciación como en el de alto rendimiento, habiendo trabajado con clubes y deportistas de máxima categoría en diferentes deportes, así como en las categorías de base.


Recuerdos en la Psicología del Deporte desde 1999:




Una aclaración:

¡NO HAGO COACHING!

APLICO LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE

Un coach no tiene conocimientos suficientes para prepararte psicológicamente para aumentar tu rendimiento sin descuidar tu salud mental. 

Si lo intenta es intrusismo profesional y está cometiendo una temeridad. Está jugando a ser psicólogo sin serlo, y pone en alto riesgo tu bienestar psicológico. 

El coaching no ha aportado NADA al conocimiento acerca de lo psicológico. La parte del coaching que intenta ser seria se limita a copiar literalmente principios básicos de la Psicología de toda la vida, y muy especialmente de la Psicología del Deporte, que incluso, a veces, los copia mal. Y esos principios básicos (muy básicos), no sólo ya los sabe de sobra cualquier psicólogo/-a, sino que sabe muchísimo más.

También ha copiado literalmente principios de la Psicología Humanista de los años cuarenta y cincuenta del SXX, que ya propusieran Carl Rogers o Abraham Maslow (ej.: el counseling, la intervención centrada en la persona o cliente, que no paciente; el psicólogo como facilitador y guía que no impone o indica qué debe hacer la persona, la escucha empática, la aceptación incondicional sin juzgar, el proceso de comunicación con el cliente, la búsqueda del desarrollo personal y el autoconocimiento, el cliente como responsable de su proceso de cambio, la experienciación plena, mayor importancia de la situación inmediata que del pasado,...), y que, por cierto, no tienen fundamentación científica. Es curioso que haya muchos coach que no saben quién es Carl Rogers. Se ve que no les explican en su cursillo de formación que es considerado el padre de la intervención no directiva. Les dicen que es algo que creó el coaching, allá por los años setenta (en pleno new age), cuando los libros de Rogers en los que propone estos principios son de 1942 y 1951.

Pero es que el coaching, además, suele mezclar esto con pseudociencia con apariencia de Psicología; pero que no es Psicología (ej.: PNL, eneagrama,...), pseudoterapias (ej: terapia de la gestalt, la psicología transpersonal, constelaciones,…), y milongas de todo tipo, porque un coach no tiene formación suficiente para distinguir el conocimiento riguroso y basado en pruebas de la palabrería. Por eso existe la carrera de Psicología, que es el MÍNIMO conocimiento exigible, para no dejarse llevar por falacias que sugestionan mucho; pero son una pérdida de tiempo y dinero.

Te dirán mentiras como que la Psicología sólo trata psicopatologías (por ejemplo, la psicología del deporte, que tiene más de ciento veinte años de trayectoria, nunca ha tratado  psicopatologías. Lo mismo se puede decir de la Psicología del Trabajo o de la Educación, habiendo más ejemplos); o que, a diferencia de la Psicología, el coaching sólo se fija en el aquí y ahora de cara al futuro próximo, y no en traumas del pasado, lo cual es otra falsedad. Afirmaciones como estas, o demuestran una total ignorancia, o es la forma interesada de dar cobertura a su intrusismo.

Al calificativo de coaching les pondrán todo tipo de nombres con los que intentarán diferenciarse para dar más sofisticación a su vacío de contenidos, como ontológico, transformacional, transpersonal, de vida, experiencial,… Siempre nombres muy esotéricos y espirituales. Y el colmo de los colmos, neurocoaching, sin tener formación alguna en neurociencia. Siempre sale algún iluminado con un nombre nuevo, para querer diferenciarse en el mercado, dándose ínfulas de ser un ser superior, original, que ha inventado lo nunca visto.

Si a esto le añadimos que el coaching no es una profesión regulada, en la que cualquiera puede autodenominarse coach sin justificarse ante nadie, te puedes imaginar que puedes ponerte en manos de vete a saber quién. Tú mismo puedes decidir ahora mismo ser coach sin más. Porque tú lo digas. Que si, que te dirán que hay cursos “oficiales”, incluso los llamarán máster sin serlo, y que puede haber asociaciones que otorguen reconocimiento como coach; pero sólo son entidades privadas que se lucran con ello.

Comenzaron su andadura en el mundo de la empresa, aplicando la psicología del deporte de alto rendimiento a los ejecutivos (mezclada con toda la pseudopsicología que ya he explicado), y de ahí se han extendido a áreas como el deporte, la educación o la sanidad, donde la Psicología lleva más de cien años de trayectoria, basándose en la evidencia científica existente. Incluso hay coaches que se atreven a intervenir en el TDAH ¿pues no dicen que no tratan psicopatologías? 

Los únicos coaches que existen son los que están sentados en un banquillo deportivo: los entrenadores. Y se acompañan de profesionales especializados de profesiones reguladas, que exigen una titulación universitaria (que puede estar acompañada de una especialización), obligación de pertenecer a un colegio profesional, y unas exigencias legales. Un entrenador se acompaña de un preparador físico graduado en CAFD, un fisioterapeuta, un nutricionista, un médico, un podólogo, incluso un abogado si lo necesita, y debe hacer lo mismo en el área psicológica, con un psicólogo. El único no titulado en un vestuario en deportes de equipo es el utillero (trabajo que tampoco sabe hacer cualquiera).

Cuidado en manos de quién te pones.

Ya decides tú.

Una última cosa, como autocrítica a la Psicología. A los psicólogos que decís ser coach no os entiendo. En todo caso sois psicólogos que os decantáis por el modelo humanista, si es que se puede llamar modelo. Aunque quede más cool decir que se es coach. Tampoco entiendo a los psicólogos del deporte que dan formación de coaching en cursos y másters de psicología del deporte, dejando que se matriculen personas que no han estudiado Psicología (incluso sin titulación universitaria), con tal de conseguir alumnos e ingresos, promoviendo intrusismo del que después os quejáis. Ni entiendo que en los Colegios de Psicología se den cursos de coaching, o haya vocalías o grupos de trabajo de coaching. Es una incongruencia y abrir las puertas al intrusismo, además de saltarse el código deontológico, ya que no existe una base robusta de evidencia científica que lo respalde, por mucho que se publiquen artículos en revistas científicas, que no cumplen el más mínimo rigor metodológico. 

Si no es ciencia, no es Psicología.


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