El período de adaptación en Educación Infantil
By Juan Carlos López - septiembre 08, 2019
En ocasiones, podemos
preguntarnos por qué se realiza un período de adaptación en Educación Infantil
al inicio del curso. Se pueden escuchar comentarios que hacen referencia a que
en otras épocas, cuando los adultos éramos niños, esto no se hacía y no nos
pasaba nada, hemos sobrevivido sin ningún trauma. También se puede hacer
referencia, en este aspecto con cierta razón, a la dificultad que supone
conciliar la vida familiar y laboral con este período de adaptación. Sin
embargo, es necesario conocer qué es el período de adaptación, en qué se
fundamenta y por qué se lleva a cabo en todos los centros escolares.
El periodo de adaptación es
el tiempo que transcurre desde que el niño/-a llega por primera vez a la escuela
hasta que ya se desenvuelve con normalidad dentro de ella.
Los niños, cuando se incorporan
por primera vez al entorno escolar, se enfrentan a dos de los miedos más
habituales en la primera infancia (puede ver la entrada sobre los miedos infantiles en
este blog aquí), como son, la separación de los padres o las
figuras principales de su cuidado, y el acercamiento a los desconocidos (profesoras
y compañeros). Las técnicas de afrontamiento de los miedos que nos proporciona
la Psicología y que tienen mayor sustento científico se basan en la exposición
a las situaciones o estímulos temidos. Los miedos desaparecen cuando el
niño se sitúa en la situación temida y comprueba por él mismo que realmente no
sucede nada malo. Esta exposición puede hacerse de forma brusca y total desde
el primer momento (a esto se le llama inundación), o hacerla de manera
progresiva (lo que se llama desensibilización sistemática). El
proceso que ocurre es que el niño pasa de reaccionar de forma muy
intensa a los estímulos extraños y temidos (lo que se llama sensibilización)
y, al comprobar que no le sucede nada malo y puede sentirse seguro, ir
reaccionando de forma cada vez menos intensa hasta vivirlo con naturalidad (lo
que se llama habituación). Por dicho motivo, los centros educativos, en
Educación Infantil, tanto en el Primer Ciclo, como en el primer curso del
Segundo Ciclo de Educación Infantil (3 años), realizan un período de
adaptación.
Pero es que, además, dicho
período de adaptación viene reflejado en la normativa educativa. Anteriormente, dicho período venía reflejado en la normativa nacional; pero en la última Orden Ministerial que regula el currículum y la ordenación de Educación Infantil se ha omitido. Actualmente, sí figura en la normativa autonómica que regula la
Educación Infantil. Dicha normativa es
la siguiente:
1) Legislación autonómica, a la espera de que se publique el nuevo Decreto que se ajuste a la LOMLOE. Consejería de Educación de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia:
- Decreto 254/2008, de 1 de agosto, por el que se establece el currículo del Segundo Ciclo de la Educación Infantil en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Artículo 9. Punto 6.
<<Con objeto de facilitar la adecuada
integración en la dinámica escolar, los
centros programarán un periodo de adaptación para los niños que se incorporen
por primera vez a este ciclo, en las condiciones que determine la
Consejería competente en materia de educación>>.
- Orden de 22 de septiembre de 2008, por la que se regulan, para la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, la implantación, el desarrollo y la evaluación en el Segundo Ciclo de la Educación Infantil.
Artículo 7. Punto 5.
<<Los centros programarán un periodo de adaptación de los niños de tres
años, dentro de su autonomía organizativa y pedagógica, de tal forma que
facilite su integración positiva en la dinámica escolar siguiendo, al menos, los
siguientes criterios: no podrá prolongarse más de dos semanas desde el inicio
del periodo lectivo previsto en el calendario escolar, la adaptación de los
alumnos debe ser progresiva y continuada a partir de su incorporación.
Asimismo, durante dicho periodo la duración de la jornada escolar podrá
flexibilizarse, previa información a las familias y compromiso por parte de las
mismas. La planificación de este periodo se incluirá en el Proyecto educativo,
en el apartado de organización general del centro>>.
- Resolución de 28 de julio de 2022, de la Consejería de Educación, por la que se dictan instrucciones del comienzo del curso 2022-2023, para los centros docentes que imparten Educación Infantil y Primaria.
Punto I. 1.1. Primer Ciclo de Educación Infantil
<< Las escuelas infantiles, dentro de su autonomía organizativa y pedagógica, programarán un periodo de adaptación, que siempre se desarrollará de modo gradual. Este proceso educativo representa un cambio significativo y
trascendental para el niño, que probablemente por primera vez debe separarse de
sus padres o cuidadores principales, con quienes comparte un vínculo afectivo
esencial y constituyen sus figuras de apego.>>.
Punto I. 1.2. Primer curso Segundo Ciclo de Educación Infantil
<< Los centros docentes, dentro de su autonomía organizativa y pedagógica, programarán un periodo de adaptación para que el alumnado que se incorpore al primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil lo haga de forma progresiva y continuada durante los primeros cinco días de actividad lectiva, sin perjuicio del derecho de las familias a que sus hijos se incorporen desde el primer día de comienzo de las mismas.>>.
Para que el período de adaptación
transcurra sin dificultades (o con las menos posibles), que el niño o niña no sufra
innecesariamente, y que el período no se alargue en exceso y se pueda enquistar
en dificultades de mayor calado (ej.: trastorno de ansiedad por separación,
fobia escolar, mutismo selectivo,…), es muy importante la colaboración
de las madres, padres, abuelas, abuelos y/o cuidadores. En muchas
ocasiones, es la primera vez que el niño/-a se va a separar de sus padres o
personas de confianza; pero también lo es para los adultos, generando
inquietud, inseguridad, e incluso, sentimientos de culpabilidad, ocasionando la
misma ansiedad o más en el adulto que en el niño/-a. Esto puede dar lugar a que
se alargue el momento de la separación más de lo debido, que intentemos
consolar al niño/-a volviendo a acercarnos, que entremos en una negociación sin fin para la que el niño aún no está preparado por edad y madurez, que le traslademos nuestro
nerviosismo e inseguridad ante la situación de separarse, e incluso, que nos
volvamos a casa con el niño en brazos con sensación de alivio (esto provoca lo que se llama refuerzo negativo: el niño llorando desconsoladamente ha conseguido volver con su madre/padre y se ha escapado de la situación. Ya sabe lo que tiene que hacer la próxima vez. Llorar los más fuerte posible). También hay que intentar que los momentos previos, desde que se le levanta, hasta que llegue a clase, no se vivan como algo desagradable, estresante, lleno de nerviosismo, prisas, gritos, que pueda asociar el malestar con el hecho de ir al colegio. Es un proceso normal que hay que superar
entre todos. Por el contrario, habrá casos en los que, desde un primer momento,
el niño/-a se adapte sin problema alguno, como si estuviese yendo al colegio
toda la vida, dejándonos sorprendidos o generándonos preguntas acerca del por qué (¡Míralo, pasa de mi!).
Es importante mantener una
actitud abierta y receptiva, atendiendo a los distintos ritmos de los niños. Para
ello, debes confiar plenamente en la profesora de tu hijo, que año
tras año ha vivido este proceso y sabe cómo gestionarlo, haciendo caso a las
indicaciones y pautas que te traslade, aunque pueda parecerte desagradable y un sinsentido que la separación
haya que hacerla de forma tajante y sin rodeos. Los llantos, por muy intensos
que puedan llegar a ser inicialmente, poco a poco se irán atenuando hasta
desaparecer por completo (proceso natural de habituación). Incluso, es muy común que el niño/-a llore en el momento de la separación y, nada más irse
su madre o padre, automáticamente dejar de llorar e integrarse en clase con
toda la normalidad del mundo, como si no hubiera pasado nada. Parece que llora
porque toca en ese momento y, una vez acaba, ya no hay que llorar. También será normal que se ponga a llorar de nuevo cuando os vea aparecer a la hora de recogerlos, cuando no ha llorado, o apenas lo ha hecho, en todo el día (ha asociado el llanto con esa situación y ese lugar, comenzando a llorar espontáneamente sin motivo alguno).
La escuela supone una oportunidad
para crecer y madurar, para afirmarse en su propia identidad e iniciar,
de este modo, el conocimiento y la adaptación al mundo exterior. El niño tiene
que ser capaz de asimilar los cambios que supone esta nueva actividad en su
vida cotidiana. Igualmente, pueden aparecer irregularidades en el proceso con el tiempo,
dándose retrocesos o sentimientos contradictorios de forma aislada, o por
alguna circunstancia concreta (ej.: el nacimiento de un hermano), lo cual habrá
que analizar y aplicar una solución adecuada. Como en muchas circunstancias de
la vida de tu hijo siempre habrá una primera vez que te inquiete y te genere inseguridad, saliendo a relucir el instinto de protección, como la primera
excursión, la primera vez que duerme en su cama, la primera vez que le quitas
el pañal,…, y así hasta que sea la primera vez que se marcha a vivir fuera de
casa, dentro de muchos años (cada etapa tiene lo suyo).
En definitiva, es un proceso que
tiene su motivo y que, bien llevado a cabo, supone prevenir problemas mayores, una
oportunidad de crecimiento y una tranquilidad para madres, padres, abuelos,
maestras y, por encima de todo, el bienestar de los propios niños/-as. Habrá que procurar mantener una atención individualizada, reforzando la confianza del niño en sí mismo,
de modo que progresivamente vaya adquiriendo seguridad en sus propias
capacidades, así como en el entorno que lo rodea.
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