El sueño en los niños (I): qué es el sueño
By Juan Carlos López - octubre 19, 2019
"Dénme dos horas diarias de vida activa y veintidós de sueños"
Luís Buñuel
El sueño ha generado desde siempre un interés humano, desde las grandes esperanzas hechas sueños, hasta los mayores miedos en forma de pesadillas, pasando por los más extraños pensamientos oníricos del surrealismo, o teorías sobre su interpretación (Freud). Al sueño se le han dedicado creaciones literarias como “La vida es sueño” o "El sueño de la razón”; obras pictóricas artistas de la talla de Goya, Dalí o Picasso; películas tan diferentes como “El mago de Oz”, “Pesadilla en Elm Street” u “Origen”; o canciones intérpretes legendarios como Aretha Franklin, John Lennon o Elvis Presley. Incluso existe un formato popular de poesía cantada como es la nana, de la que era maestra Gloria Fuertes. Tal es la importancia del sueño que hasta ha tenido su propio dios: Morfeo.
Dormir está considerado esencial para la salud, la productividad y el bienestar general. La privación de sueño supone un riesgo para la salud, ya que puede afectar al sistema inmune, provocar mayores riesgos cardiovasculares (aumento de tensión, ictus, infarto, diabetes), Parkinson y Alzheimer, problemas cotidianos de atención y memoria, y mayor accidentalidad. El insomnio se ha convertido en una auténtica epidemia en el mundo moderno. El 58% de los españoles afirma que duerme mal, y el 13% que no descansa nada bien. Fruto de ello, algo más del 11% de los españoles consume pastillas para dormir y es, después del tabaco y el alcohol, la droga más consumida (consumo sin receta). Después de la alimentación, es la mayor preocupación por la salud de los españoles. Tres de cada cinco españoles, afirman dormir peor desde que tienen hijos. Yéndonos a datos más mundanos, los económicos, el insomnio supone una gran pérdida de productividad. En Japón, EEUU, Reino Unido, Alemania y Canadá, el insomnio supone un coste de 680 billones de dólares en pérdida de productividad (sumando los cinco países). Alemanía, por ejemplo, pierde 60 billones (1,56% del PIB). Por su parte, Japón pierde 600.000 días de trabajo al año (75,7 billones de dólares). Por otro lado, y como dato curioso, mencionar que la industria del colchón mueve más de quinientos millones de euros al año en España, con más de 140 fabricantes, siendo una potencia internacional. Por tanto, no es un tema baladí el del sueño.
Los problemas de sueño, a su vez, repercuten a lo largo del día, provocando
que los niños estén irritables, lloren, no se centren, no rindan en la
escuela,..., siendo una lucha constante. Y claro, nos quitan el sueño a los
padres. Al cansancio y el desconcierto que nos generan hay que sumarles
que si, por un lado, hay que usar el método del tal especialista (que no ha
inventado él, aunque le atribuyan su nombre), que si ese es demasiado brusco y
lo mejor es todo lo contrario de otro especialista, que si tiene que dormir
sólo a partir de los 8 meses, o el colecho es maravilloso hasta que los niños
quieran,… Libros como "Duérmete niño", "Dormir sin lágrimas", "Todos a la cama", o "Bésame mucho" se han convertido en best-sellers ¿Pues no dicen eso de "duerme como un bebé"? ¡Será el de
otro!
En la presente entrada, vamos a explicar algunos conceptos básicos sobre el
sueño infantil que pueden ser de utilidad para los
padres. Son unos conceptos previos a futuras entradas sobre los hábitos de sueño y los trastornos del sueño más habituales.
¿Qué es el sueño?
El sueño es un estado reversible caracterizado por una desconexión del
entorno y una falta de respuesta hacia éste. La persona yace, normalmente
acostada, quieta y con los ojos cerrados. Es una función esencial para la
supervivencia, no pudiendo vivir sin dormir. De hecho, pasamos un tercio de
nuestra vida durmiendo, y somos capaces de estar más tiempo sin comer que sin
dormir. El sueño forma parte del ritmo sueño-vigilia, que es un ritmo
circadiano (en torno a un día), y que está directamente relacionado con la luz
solar.
El sueño adulto, de forma resumida y simple, consta de varias fases, que
van repitiéndose cuatro o cinco veces, en ciclos, a lo largo de la noche, de
unos 90 minutos cada uno (en el niño es de entre 30 a 40 minutos). Partiendo
del estado de vigilia (despierto), donde se dan ondas beta, primero comienza el sueño sincronizado, caracterizado por no
darse movimientos oculares (sueño S o no REM):
- Fase S1: Adormecimiento. Es una etapa de transición entre la vigilia y el sueño. Tiene una brevedad de alrededor de 10-15 minutos. Ocupa el 5% del sueño de una noche. Es un sueño muy ligero y poco reparador, en el que podemos despertarnos fácilmente. El cuerpo y la mente se relajan, aunque sin desconectar del todo del entorno. Ondas theta.
- Fase S2: Sueño ligero. Ocupa el 50% del tiempo del sueño de una noche. Es un sueño reparador. El cuerpo está relajado y los ojos no se mueven. Ondas theta.
- Fases S3 y S4: Sueño profundo. Ocupa el 20-25% del sueño de una noche. Comienza aproximadamente a los treinta minutos de quedarse dormido. Es un sueño muy profundo y reparador. El cuerpo está muy relajado y los índices fisiológicos (presión sanguínea, consumo de energía,…), están más bajos que nunca. Ritmos delta. Cuesta mucho despertar a una persona y, si se hace, se mostrará confusa y desorientada por unos instantes. Como veremos, algunos problemas del sueño, como los terrores nocturnos, se dan en esta fase.
Posteriormente, comienza el sueño paradójico, REM, o desincronizado
(sueño D), Lo de paradójico viene porque el cerebro está casi tan activo
como cuando estamos despiertos, mientras que los músculos están paralizados. Sin
embargo, se caracteriza por los movimientos oculares rápidos (de ahí lo de REM,
Rapid Eyes Movements), y también se pueden dar muecas, sonrisas y habla. Ocupa el 20-25% del total del sueño de una
noche. Es la fase en la que soñamos, y es más fácil despertarse, ya que tenemos
más conexión con el entorno. Si nos despiertan no estamos tan desorientados como
en los despertares de las fases S3 y S4.
Las fases del sueño profundo, o muy profundo, tienden a concentrarse en las
primeras horas de la noche, mientras que las del sueño paradójico aparecen con
mayor duración e intensidad en el último tercio de la noche. Por tanto, en la
primera mitad del sueño la cantidad de sueño S es mayor y va disminuyendo
conforme avanza la noche, y el sueño REM al contrario, es mayor conforme avanza
el sueño. En la niñez, los ciclos del sueño son más cortos (alrededor de 30-40
minutos) y la fase REM es más larga. A medida que va creciendo el niño, los
ciclos de sueño se hacen más largos y la fase REM va disminuyendo. Puede verlo en la siguiente tabla (
Evolución del sueño REM (Estivill, 1997) |
¿Qué funciones tiene el sueño?
Las principales funciones del sueño son:
- La recuperación del metabolismo y de la homeóstasis del organismo, es decir, descansar.
- Permite mantener los niveles de vigilia, atención y velocidad de procesamiento durante el día.
- La consolidación del aprendizaje, estando tan especializada que las distintas fases del sueño están implicadas en la consolidación de diferentes sistemas de memoria. El sueño REM y la Fase S2 son especialmente importantes. El sueño REM está especializado en la memoria procedimental y en la memoria emocional, y el No REM en la memoria declarativa. En la consolidación de los aprendizajes juega un papel fundamental las ensoñaciones (los sueños), que son mucho más probables durante el sueño REM, aunque también se dan en el sueño No REM. Parece que las ensoñaciones del sueño No REM están más relacionadas con las experiencias recientes. Como curiosidad, comentar que una siesta de 30 minutos puede mejorar considerablemente los aprendizajes motores y visuales (en torno a un 17% más que los que no la duermen).
- Algunos investigadores afirman que el sueño también facilita la adquisición de nuevos aprendizajes. Por ello, es especialmente importante que los niños y adolescentes vayan descansados a la escuela.
- El procesamiento emocional. La información con una fuerte carga emocional se consolidad durante la fase REM, debido a los altos niveles de acetilcolina durante esta fase (cuatro veces mayores que en la fase No REM). Por otro lado, la privación de sueño provoca irritabilidad, afecto negativo y mayor reactividad afectiva. La activación de la amígdala puede aumentar hasta un 60% ante la falta de sueño. La privación de sueño provoca una respuesta hiperemocional, debido a la merma en la capacidad de inhibición por parte de la corteza prefrontal sobre la amígdala, además de una mayor conectividad entre la amígdala y el locus coeruleus, provocando una mayor activación. Por último, mencionar que la teoría de la interpretación de los sueños de Freud no tiene base científica, no debiendo hacerle caso alguno.
Para saber más y mejor:
- Antón, A. (2014) Tratamiento cognitivo-conductual en un niño con
ansiedad a la hora de dormir. Revista de Psicología Clínica con
Niños y Adolescentes, 1 (1), 37-43.
- Caballo, V.; Navarro, J. F.; Sierra, J. C. (2010) Características
clínicas y tratamiento de los trastornos del sueño en la infancia. En V.
E. Caballo; M. A. Simón (Coords.) Manual de psicología clínica
infantil y del adolescente. Madrid: Pirámide.
- Comeche, M. I.; Vallejo, M. A. (2005) Problemas y trastornos del sueño
en la infancia. En M. I. Comeche; M. A. Vallejo. Manual de terapia
de conducta en la infancia. Madrid: Dykinson.
- Estivill, E. (1997) Insomnio infantil por hábitos incorrectos. Revista de Neurología, 25, 1429-1433.
- Fernández-Mendoza, J.; Puhl, M.D. (2013) Sueño y arousal. En D.
Redolar (Dir.) Neurociencia cognitiva. Madrid. Panamericana.
- Hafner, M.; Stepanek, M.; Taylor, J.; Troxel, W.M.; Van Stolk, C. (2016) Why sleep matters - the economic costs of insufficient sleep. A cross-country compative analisys. Santa Mónica-CA: Rand Corporation. En https://www.rand.org/pubs/research_reports/RR1791.html
- Ipsos (2019) ¿Cómo duermen los españoles? Phillips. Sociedad Española del Sueño.
- Márquez-Pérez, G. (2014) Reeducación de los hábitos de sueño de una
niña mediante técnicas conductuales. Revista de Psicología Clínica
con Niños y Adolescentes, 1 (2), 109-115.
- Ortigosa, J. M.; Villalba, F.; Riquelme, A. (2012) Intervención en
problemas de hábitos básicos de autonomía personal: sueño, alimentación y
control de esfínteres. En L. M. Llavona; F. X. Méndez (Coords.) Manual
del psicólogo de familia. Un nuevo perfil profesional. Madrid:
Pirámide.
- Ramos-Paúl, R.; Torres, L. (2014) Niños: Instrucciones de uso.
El manual definitivo. Barcelona: Aguilar.
- Ramos-Paúl, R.; Torres, L. (2009) Aprendiendo a enseñar.
Estrategias sencillas para educar. Madrid: Paraninfo.
- Sánchez, A. I.; Martínez, M. P.; Miró, E. (2011) Tratamiento
psicológico en un caso de pesadillas. En F. X. Méndez, J. P. Espada; M.
Orgilés (Coords.) Terapia psicológica con niños y adolescentes.
Madrid: Pirámide.
- Sierra, J. C.; Sánchez, A. I.; Miró, E.; Buela-Casal, G. (2004) El
niño con problemas de sueño. Madrid: Pirámide.
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