Especialización hemisférica: cuentos y evidencias

By Juan Carlos López - 11:18

 


Cada cierto tiempo circula alguna imagen por las redes proponiéndote que la mires y, dependiendo de lo que veas, invitarte a descubrirte a ti mismo como una persona de cerebro izquierdo o cerebro derecho, como una persona analítica, reflexiva; o como una persona creativa y emocional. De nuevo ha corrido por las redes una de esas imágenes, esta vez la de un caballo caminando e induciéndote a preguntarte si lo ves andando hacia adelante o hacia atrás, pudiendo concluir, con semejante simpleza, si eres una persona de cerebro izquierdo o derecho. También te cruzarás con mucha frecuencia con una imagen de un cerebro dividido en dos partes simétricas, una, la izquierda, triste y gris, casi tétrica; y la otra, la derecha, representada por una explosión de colores muy vivos con imágenes de actividades creativas, pasionales y divertidas.

El origen del cuento

Como cuenta el propio Michael Gazzaniga, psicólogo, y la persona que más sabe sobre el tema, a principios de los años 60, a raíz de una neurocirugía (sección del cuerpo calloso) que había realizado el doctor Joseph Bogen a un paciente con una epilepsia muy incapacitante, y de los posteriores estudios de Gazzaniga sobre los efectos cognitivos del cerebro dividido, la revista Rolling Stone, realizó un reportaje de los hallazgos, a partir de lo cual se popularizó y tergiversó la idea, llevando a la concepción equivocada de que hay personas de cerebro izquierdo, más  analíticas y lógicas, y personas de cerebro derecho, creativas e intuitivas. De ahí comenzaron a surgir libros con ideas simplificadas y exageradas que sirvieron para darle apariencia de rigurosidad al asunto. De tanto en tanto, vuelven a las andadas. Como entretenimiento puede resultar divertido para algunos; pero el problema es que sigue pululando hoy día también en ambientes profesionales con la moda de lo neuro, como el educativo o el empresarial, lo cual ya es más preocupante.


Ejemplos de libros que ayudaron a propagar el cuento


Antecedentes del estudio de la especialización hemisférica

Desde los estudios de los neurólogos Paul Broca, en 1860, y Karl Wernicke, en 1874, que mostraban los efectos que tenían lesiones en el hemisferio izquierdo, se comenzó a pensar que los hemisferios cerebrales tenían funciones diferentes. Fue el neurólogo inglés John Hughlings Jackson, en su afán por comprender la epilepsia, el que introdujo la idea de dominancia cerebral, refiriéndose a que un hemisferio domina a otro en una función mental. Posteriormente, fue el psicólogo Oliver Zangwill, considerado el padre de la neuropsicología británica (gran amigo de Luria y que ejerció mucha influencia en Arthur Benton), el que hizo que resurgiera el interés por el estudio de la lateralización hemisférica, influyendo decisivamente en su alumna Brenda Milner. A mediados del SXX, es cuando el menospreciado hemisferio derecho también tomó su protagonismo de la mano de la neuropsicóloga Brenda Milner, quien demostró, entre otras muchas cosas, el papel del temporal derecho en la capacidad de adquirir nuevos recuerdos. Por otra parte, el neurólogo japonés, Juhn Atsushi Wada, en 1949, idearía un método, produciendo una anestesia temporal del hemisferio elegido y con ello conocer la lateralización del habla y la memoria en el individuo al que se pretende operar por epilepsia o un tumor. Este método tomaría el nombre de Test de Wada, suponiendo una alternativa a la sección del cuerpo calloso en los pacientes epilépticos. 

A partir de los años sesenta, fueron los estudios de los psicólogos Roger Sperry y Michael Gazzaniga con pacientes epilépticos a los que se les seccionaba el cuerpo calloso mediante neurocirugías (realizadas por su compañero de batallas en Caltech, el neurocirujano Joseph Bogen), lo que supondría un punto de inflexión en el estudio de la especialización hemisférica. Por estos estudios Sperry sería galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1981. Aunque estos fueron los investigadores que supusieron el avance más espectacular y relevante, paralelamente, también destacaron los estudios que en Boston realizaron el neurólogo conductual Norman Geschwind y la neuropsicóloga Edith Kaplan, con sus ideas innovadoras y estimulantes sobre evaluación neurocognitiva, y el psicólogos Harold Goodglash, y que supusieron una gran rivalidad en la carrera por conseguir los mayores descubrimientos sobre especialización hemisférica. Fruto del estímulo incansable de Gazzaniga en el origen y desarrollo de la neurociencia cognitiva como campo de conocimiento, se produjeron numerosos estudios sobre especialización hemisférica por grandes figuras del campo como, por ejemplo, Joseph LeDoux, con quien se trasladaba en una caravana a los domicilios de los pacientes con los que hacían los experimentos; Endel Tulving, que demostró cómo los lóbulos frontales derecho e izquierdo estaban involucrados por separado en la codificación y recuperación de la memoria semántica y episódica; Mike Posner, que se apasionó con la idea de analizar cómo funcionaba la atención en los cerebros divididos; o George Miller, con quien generó y sentó las bases del nuevo campo de la neurociencia cognitiva. La vida científica de Gazzaniga, dedicada al estudio de los cerebros escindidos durante más de sesenta años, es apasionante, entrelazada con las más grandes figuras de la neurociencia, y está maravillosamente contada por él mismo en el siguiente libro.



Otro autor destacado en el estudio de la especialización hemisférica es el neuropsicólogo Elkhonon Goldberg (discípulo de Luria), especialmente sobre los lóbulos frontales, y su teoría de novedad-rutinización, o la diferenciación entre procesamiento de asociación heteromodal del hemisferio derecho y el procesamiento de asociación de modalidad específica del izquierdo.


Métodos de estudio de la especialización hemisférica

Como hemos dicho, a partir de los estudios pioneros, se produjo una explosión de investigadores interesados en el estudio de los procesos cognitivos dominantes en cada hemisferio cerebral. Además de los estudios post mortem, o los de pacientes con agenesia del cuerpo calloso, los métodos de investigación empleados han sido los siguientes:

Sección de las comisuras: el cerebro dividido

A partir de las neurocirugías llevadas a cabo por Joseph Bogen y Philip Vogel, consistentes en seccionar el cuerpo calloso en pacientes con epilepsias intratables, y en las que, inicialmente, se pensó que no existía ningún efecto en los pacientes el seccionarles el cuerpo calloso, Gazzaniga comenzó a investigar el llamado síndrome de cerebro dividido, en el que la información de un hemisferio no puede ser comunicada al otro. Aunque los estudios de cerebros divididos fueron decisivos a la hora de conocer la especialización hemisférica, hay que ser prudentes, ya que se trataba de pacientes con una larga historia de episodios convulsivos graves y no de personas sanas. Además, los pacientes comisurotomizados, suponían una muestra muy limitada.

En los siguientes vídeos se ven algunos de los experimentos de Gazzaniga explicados por él mismo:







Pacientes con lesiones lateralizadas

Otra de las líneas de investigación más fructíferas para el conocimiento de la especialización hemisférica, ha sido el estudio de pacientes con lesiones focalizadas en uno de los hemisferios, como resultado de accidentes cerebrovasculares, cirugías, traumatismos, tumores, heridas de guerra, etc. En estos estudios se puede subrayar a figuras como las neuropsicólogas Brenda Milner o Edith Kaplan, que jugaron un papel decisivo. También gracias a estos estudios, se ha demostrado que el tan denostado y olvidado hemisferio derecho tiene capacidades tan sofisticadas e imprescindibles como el izquierdo.

Test de Wada

Como ya hemos comentado, esta prueba fue ideada inicialmente para aquellos pacientes que debían ser intervenidos por epilepsias incapacitantes o tumores, en los que había que extirpar tejido cerebral, conociendo con ello la dominancia hemisférica de ciertas funciones cognitivas. Fundamentalmente, se centraba en conocer la lateralización del habla y la memoria. Un momento antes de inyectar el anestésico se le pide al paciente que levante las dos brazos y empiece a contar. Al cabo de unos segundos, el amobarbital hace efecto, y el brazo contralateral al hemisferio anestesiado cae. Antes de la anestesia se le presenta al paciente material verbal y visual para que los memorice, y después se observa el habla espontánea, la comprensión de órdenes, la evocación del material memorizado, la capacidad de realizar gestos y la capacidad de memorizar material nuevo verbal y visual, y la evocación sobre qué ocurrió antes de la anestesia. Con ella se pudo comprobar la dominancia del lenguaje en el hemisferio izquierdo en el 95% de las personas diestras; así como la mayor heterogeneidad en las personas zurdas, en las que existe un mayor porcentaje de especialización del lenguaje en el hemisferio derecho. Dado que se trata de una prueba invasiva, se han investigado otras pruebas menos invasivas para conocer la lateralización previamente a una cirugía, como la magnetoencefalografía o la resonancia magnética funcional.

El profesor Wada aplicando su técnica

Estimulación cerebral

A la hora de realizar neurocirugías, se pueden realizar previamente estimulaciones de ciertas áreas cerebrales con el fin de ocasionar el menor daño posible al paciente. Esta estrategia, iniciada por el gran Wilder Penfield, y más recientemente por George Ojeman, también ha proporcionado pruebas de clara asimetría cerebral.



Hoy día se pueden ver intervenciones quirúrgicas muy espectaculares, en las que los pacientes despiertos tocan un instrumento mientras son operados de un tumor cerebral. Los neuropsicólogos pueden realizar una labor crucial en la evaluación de las capacidades cognitivas de cara a dichas operaciones y sus consecuencias posteriores.

Estudios de neuroimagen y electrofisiológicos

Los estudios de neuroimagen y electrofisiológicos permiten trazar un mapa de actividad cerebral en los participantes a medida que suceden las tareas cognitivas propuestas, pudiendo establecer diferencias entre hemisferios. Por ejemplo, mientras se da una mayor actividad en el hemisferio izquierdo durante la percepción de palabras, la del hemisferio derecho aumenta cuando se escucha música. Los estudios de neuroimagen no se limitan a la medicina, sino que son utilizados por equipos multidisciplinares en los que también intervienen físicos, matemáticos, ingenieros y psicólogos, entre otros.

Pruebas cognitivas

A través de experimentos o tests, en los que la Psicología Experimental, la Psicología Cognitiva y la Neuropsicología, siempre han hecho un gran alarde de creatividad, incluso con anterioridad a la creación de las neuroimágenes, que la ha diferenciado de otros campos de conocimiento, se han analizando las diferencias hemisféricas en el funcionamiento cognitivo. Así, por ejemplo, se han analizado las diferentes modalidades sensoriales y su lateralización (visual, auditiva y táctil), o se han podido hallar relaciones entre el rendimiento en ciertas pruebas y tests neuropsicológicos y la localización de daños cerebrales o déficits.

<<Mientras los científicos físicos y biológicos se ocupan de cosas tangibles, los psicólogos se enfrentan a “abstracciones”, “representaciones”, “actitudes”, etc. Es una ciencia más difícil, más escurridiza, y los diseños experimentales mucho más complejos>> 

Michael Gazzaniga

<<La neurociencia necesita de la ciencia cognitiva. Si no hay contexto cognitivo - es decir, el estudio del cerebro sin la mente -, el laborioso neurocientifico se limita a buscar respuestas a preguntas biológicas siguiendo un método parecido al fisiólogo renal>> 

Michael Gazzaniga

<<Un problema importante era que los neurobiólogos, casi sin excepción, se consideraban tan capacitados para hablar sobre cuestiones cognitivas como para hablar de fisiología celular. […] Se trataba de una arrogancia absoluta>>
 
Michael Gazzaniga

<<[…] en general no se reconoce que muchas de las importantes relaciones cerebro-comportamiento que caracterizan a los síndromes neurocognitivos se especificaron antes de que Hans Burger inventara el electroencefalograma; y que la neurociencia cognitiva sólo requiere la capacidad de observar el comportamiento de los pacientes, y relacionar cómo el comportamiento puede estar asociado con la cognición y sus sustratos anatómicos.>> 

Grande et al.., 2013

Estudio de personas sanas

Estos estudios con personas sin ningún tipo de alteración neurológica sirven para tener muestras sanas, y no basar todo el conocimiento con personas que, producto de sus dolencias, puedan presentar características específicas que nos hagan tener ideas equivocadas sobre el funcionamiento del cerebro. Evidentemente, sólo pueden utilizarse pruebas no invasivas, y gracias a las pruebas psicológicas desde hace mucho más tiempo, y a las técnicas electrofisiológicas y de neuroimagen de forma más reciente, se han podido realizar estos estudios con personas sanas.


Asimetrías hemisféricas

El zoólogo Pierre Gratiolet, quien trabajó junto a Paul Broca, en 1860, fue el primero en describir las diferencias anatómicas entre los hemisferios derecho e izquierdo, en relación a la maduración de los giros y cisuras de la corteza. Un siglo después, en los sesenta del SXX, Norman Geschwind, junto a Walter Levitsky, describieron asimetrías en el planum temporale en los lóbulos temporales, siendo un centímetro más largo el izquierdo entre el 65% y el 90% de los casos, teniendo como consecuencia que el área auditiva primaria es más larga en el derecho, existiendo dos circunvoluciones de Heschl en el derecho y una en el izquierdo.

En estudios posteriores, y contando con la ayuda de la Resonancia Magnética funcional, se han detectado otras asimetrías como las siguientes (Kolb y Whishaw, 2017):

  • El hemisferio derecho es ligeramente más largo y pesado. El hemisferio derecho se extiende más hacia delante. El lóbulo frontal es más ancho en el derecho. El lóbulo occipital es más ancho en el izquierdo.
  • El hemisferio izquierdo contiene más sustancia gris. La corteza es más gruesa.
  • Asimetrías estructurales en el lóbulo temporal, así como en el tálamo, lo que se relaciona con la dominancia del izquierdo en el lenguaje.
  • El ángulo de la pendiente de la cisura de Silvio es menor en el hemisferio izquierdo. Además, la cisura de Silvio es más larga en el izquierdo. Esto hace que el área de confluencia entre el occipital, temporal y parietal sea más grande en el derecho.
  • El opérculo frontal del área de Broca se organiza de forma diferente, lo que se atribuye a las diferencias funcionales en el lenguaje entre uno y otro hemisferio. El área visible de la corteza (giros) es un tercio más grande en el derecho, mientras que el área de corteza no visible de los surcos (crestas), es mayor en el izquierdo. La ínsula es más larga en el izquierdo.
  • Las vías de los diferentes neurotransmisores se organizan de forma diferente (acetilcolina, dopamina, GABA, noradrenalina). Existe amplia evidencia que indica que la noradrenalina y la dopamina son responsables de comportamientos complementarios. La noradrenalina es fundamental para orientarse hacia estímulos novedosos y la conducta exploratoria, mientras que la dopamina es fundamental en la conducta redundante y estereotipada. Esto implica un vínculo entre el hemisferio derecho, la noradrenalina y la novedad cognitiva; y entre el hemisferio izquierdo, la dopamina y las rutinas cognitivas.
  • Existen asimetrías globales entre los hemisferios, siendo más grandes en el izquierdo en las zonas perisilvianas y temporal medial, mientras que el derecho son más grandes las áreas del parietal posterior y el frontal dorsolateral. Las asimetrías más grandes son las áreas del lenguaje temporoparietales, las cuales se ven incluso antes del nacimiento.
  • Las astas posteriores de los ventrículos laterales son más largas en el derecho.
  • Existen asimetrías hemisféricas en cuanto a la expresión genética. Se sugiere que estos patrones pueden estar detrás de factores de crecimiento que produzcan las asimetrías entre los hemisferios.
 
Especialización de las funciones cognitivas

Además de las diferencias anatómicas, fisiológicas y genéticas, existen diferencias funcionales entre ambos hemisferios. Diferentes investigadores han propuesto que los hemisferios tienen formas diferentes de procesar la información. Así, se afirma que el hemisferio izquierdo procesa la información de forma gradual y analítica, centrándose en los detalles, teniendo en cuenta la relación temporal entre ellos. Por contra, el derecho, procesa la información de manera global, poco sistemática, teniendo en cuenta las relaciones espaciales entre las características de los estímulos. Esto se puede comprobar en casos clínicos con lesiones unilaterales. En personas sanas, los dos hemisferios trabajan de manera coordinada. Por su parte, y como hemos comentado anteriormente, el neuropsicólogo Elkhonon Goldberg, propuso que, en personas diestras, el hemisferio derecho está especializado en la información novedosa, mientras el izquierdo lo hace con la rutinizada o de patrones estables aprendidos. También propuso que el hemisferio derecho favorece el procesamiento de información heteromodal (diferentes tipos de información sensorial), mientras el izquierdo favorece el procesamiento específico de modalidades sensoriales individualmente. Estas propuestas tienen hoy un enorme respaldo en numerosos estudios que las avalan.

<<[…] la corteza prefrontal tiene una afinidad particular por la novedad cognitiva, y la corteza de asociación posterior tiene una afinidad por la rutinización cognitiva. Esto apunta a una implicación interesante de la hipótesis de la novedad-rutinización: las dimensiones izquierda-derecha y anterior o posterior de la organización funcional cortical no son funcionalmente ortogonales. En cierto sentido, el hemisferio izquierdo está funcionalmente dominado por la corteza de asociación posterior y el hemisferio derecho está dominado por la corteza prefrontal. En términos del modelo de novedad-rutinización, la relación no ortogonal entre las dimensiones corticales izquierda-derecha y antero-posterior sugiere que el cambio del locus de control cortical en función del aprendizaje involucra ambas dimensiones: desde el sistemas prefrontales derechos a los sistemas posteriores izquierdos.>>

Podell, Lovell y Goldberg

Más allá, de las diferencias generales en cuanto a cómo procesa la información cada hemisferio, además de la contralateralidad en la sensación y el movimiento (el hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo, y el hemisferio izquierdo el lado derecho del cuerpo), en el afán de localizar las estructuras involucradas en las diferentes funciones cognitivas, se han encontrado diferencias hemisféricas en el procesamiento cognitivo como las siguientes:

Atención. Siguiendo el modelo del psicólogo Michael Posner y el profesor de neuropsicología Steven Petersen, pioneros en el estudio con potenciales evocados y resonancia magnética funcional, existen tres redes atencionales: de vigilancia, de orientación y la ejecutiva. La red de vigilancia o alerta, que genera y mantiene el estado de alerta, sustentando la atención sostenida. Las tareas de ejecución continua incrementa la activación de una red frontal parietal derecha. Las lesiones frontales derechas alteran la capacidad de mantener la atención voluntaria; y las lesiones parietales derechas alteran las funciones de alerta y orientación. La red de orientación está dividida a su vez en dos redes, una dorsal, que orienta la atención hacia el estímulo objetivo (surco intraparietal y campos oculares frontales), y otra ventral, encargada de reorientar la atención hacia otro foco, debiendo desconectarse del primero (unión temporoparietal y frontal ventral). Esta doble red de orientación está altamente lateralizada en el parietal derecho. El parietal derecho se activa si el foco atencional está en el campo visual izquierdo o derecho; pero el parietal izquierdo sólo se activa si el foco atencional está en el campo visual derecho. Respecto a la red atencional ejecutiva, también subdividida en dos redes (una frontomedial-cingulado anterior-ínsula anterior; y otra frontoparietal dorsal) encargada de cambiar focos de atención, inhibición, detección de errores y participación en el procesamiento de estímulos novedosos y ejecución de nuevas conductas, también está lateralizado a nivel cortical en el hemisferio derecho.

Percepción. Se refiere al reconocimiento y la interpretación de la información sensorial que captamos del mundo. El reconocimiento de un objeto es la habilidad de hacer corresponder un patrón sensorial con una categoría de significado. Respecto a la percepción visual, los estímulos que son percibidos en el campo visual derecho viajan a la corteza visual izquierda y, al contrario, los objetos percibidos en el campo visual izquierdo viajan a la corteza visual derecha. La percepción visual, se lleva a cabo con la integración de la información que aportan los dos hemisferios. Las lesiones corticales visuales, aunque afecten a un sólo hemisferio provocan pérdida de percepción visual en ambos campos visuales. Respecto a la percepción auditiva, cuando se presentan palabras a los dos oídos simultáneamente (escucha dicótica), el oído derecho tiene superioridad al oído izquierdo, debido a que las conexiones contralterales son más numerosas que las ipsilaterales y del oído derecho van al hemisferio izquierdo del lenguaje. Cuando el estímulo presentado a los dos oídos simultáneamente es música, es el oído izquierdo el que se impone. Estas asimetrías pueden estar más relacionadas con el ritmo y la métrica, que si se trata de información verbal o musical. Respecto al gusto, existe una representación gustativa de ambas hemilenguas en el hemisferio izquierdo, mientras que en el hemisferio derecho sólo hay representación de la hemilengua izquierda. Sobre el procesamiento de la información olfativa, parece existir cierta dominancia del hemisferio derecho. Algunos trastornos perceptivos están asociados a un hemisferio concreto. En relación a la percepción somatosensorial, en tareas de reconocimiento de formas, ángulos y patrones, existe superioridad de la mano izquierda (tanto las personas invidentes como las videntes, leen mejor el braille con la mano izquierda), y en el reconocimiento de letras existe superioridad de la mano derecha. La lateralidad de funciones espaciales y lingüísticas influye claramente en estos patrones. Las agnosias asociativas pueden ser causadas por daño bilateral o unilateral izquierdo en las cortezas de asociación posteriores, según la modalidad específica (visual, occipitotemporales; táctil, temporoparietales; auditivas, giro temporal superior).

Movimiento. Los estudios para analizar las asimetrías del movimiento son complejos, ya que entran factores de preferencia manual, así como de asimetría perceptiva y cognición espacial. Los resultados obtenidos sugieren que los dos hemisferios pueden tener papeles complementarios en el control del movimiento (una asimetría moderada por una preferencia manual nativa). Existe una clara lateralización izquierda en los movimientos complejos secuenciados, como demuestran las apraxias (déficits graves para realizar movimientos secuenciados voluntarios o copiados). Por otro lado, parece existir lateralización del hemisferio derecho en los movimientos con patrones espaciales. Parece que no es el control del movimiento propiamente dicho lo que es asimétrico, sino más bien su función, es decir, el propósito particular del movimiento.

Cognición espacial. El procesamiento espacial es un conjunto de funciones cognitivas con las que procesamos  y comprendemos el espacio en dos y tres dimensiones, incluyendo las imágenes del entorno y su representación espacial, la percepción de la distancia y la profundidad, la rotación de imágenes mentales, la relación de nuestra posición en el espacio, así como la percepción de nuestra postura y movimientos en el espacio. El hemisferio derecho, en general, tiene una mayor capacidad de procesamiento de la información espacial, aunque existen sujetos con buena habilidad espacial en el izquierdo. El hemisferio derecho parece especializado en características globales, holísticas, siendo típico ver pacientes con lesiones derechas con una notable desorganización en tareas visoconstructivas. Por contra, el hemisferio izquierdo está más especializado en detalles más concretos. Déficits como la heminegligencia izquierda dejan clara la superioridad del hemisferio derecho. Por tanto, no se puede afirmar que el hemisferio derecho procesa en exclusiva la cognición espacial. Siendo dominante, necesita del hemisferio izquierdo.

Lenguaje. Es, sin duda, la función más estudiada en relación a la especialización hemisférica izquierda, en los procesos de comprensión y producción del lenguaje, dado que los primeros hallazgos sobre lateralización fueron los de Broca y Wernicke. Norman Geschwind, amplió a áreas parietales (circunvolución angular, fascículo arcuato) las áreas involucradas en el lenguaje, siempre en el hemisferio izquierdo. Posteriormente, el modelo de Geschwind-Wernicke se ha ido ampliando, por considerarlo demasiado simple, involucrando otras áreas más allá de las perisilvianas, como áreas occipitotemporales, temporales, frontales, subcorticales y el cerebelo, dependiendo del tipo de información procesada (fonológica, sintáctica, morfológica, semántica, pragmática), así como si se trata de información visual o auditiva, o actividad motora. Aunque es, quizás, la función más lateralizada, el hemisferio derecho también juega un papel relevante en los aspectos prosódicos del lenguaje, hacer inferencias, entender metáforas, el humor, o interpretar el lenguaje figurativo, al igual que las estructuras sintácticamente complejas que no están rutinizadas. La ventaja del hemisferio izquierdo es más evidente para las consonantes que para las vocales, para palabras largas que para palabras cortas, para palabras abstractas que para palabras concretas y para palabras de menor frecuencia que para palabras de mayor frecuencia.  Siendo el lexicón el diccionario mental en el que las palabras están asociadas a significados concretos, parecen existir dos lexicones, uno en cada hemisferio, organizados de manera diferente y a los que se accede de distinta forma. Se tenía la creencia de que el lexicón estaba en el hemisferio izquierdo; pero estudios recientes sugieren que el derecho ejerce un papel que aún está por conocer. Se piensa, por ejemplo, que tiene la función de relacionar categorías léxicas. Por tanto, mientras la gramática está más lateralizada, el léxico está más distribuido. También se ha relacionado la teoría novedad-rutinización con el desarrollo del lenguaje en los primeros años de vida. En niños sanos, se ha demostrado un aumento en el grado de ventaja del hemisferio izquierdo con la edad y el dominio de la tarea en varias tareas lingüísticas. Que el hemisferio izquierdo sea dominante en procesar estructuras gramaticales podría ser debido a que el lenguaje es una habilidad automatizada en cuanto estructuras sintácticas utilizadas con frecuencia. El discurso está claramente lateralizado en el hemisferio izquierdo en el 96% de las personas, aunque hay que tener presente la intervención del derecho en la prosodia.

Memoria. En base a los estudios de la neuropsicóloga Brenda Milner se ha asociado la memoria espacial al hemisferio derecho y la memoria verbal con el izquierdo. Las lesiones en el temporal izquierdo suponen deterioros en tareas de carga verbal (ej.. listas de palabas), mientras las lesiones en el derecho suponen un bajo rendimiento en tareas espaciales (ej.: cubos de Corsi). En base a la propuestas del psicólogo cognitivo Endel Tulving, se considera que el prefrontal izquierdo realiza el papel de la codificación de la información semántica y episódica, mientras el derecho participa en mayor medida en la evocación del material almacenado. La memoria topográfica, dada su naturaleza de orientación en el espacio, se sitúa predominantemente en el temporal medial derecho. 

Funciones ejecutivas. Sin entrar a debatir este concepto, y teniendo en cuenta que en los procesos en él incluidos entran tanto áreas prefrontales, como estructuras subcorticales y el cerebelo, se han encontrado lateralizaciones en el prefrontal en relación a dichas funciones. Así el prefrontal izquierdo, estaría más relacionado con procesos de planificación secuencial, memoria de trabajo verbal, flexibilidad cognitiva, fluidez verbal, establecimiento y consolidación de rutinas y esquemas, la toma de decisiones lógicas, previsiones, hipótesis, inferencias, extracción de reglas, el llamado por Gazzaniga y LeDoux como el intérprete. Por otro lado, el prefrontal derecho, participa en la memoria de trabajo visual, atención ejecutiva, inhibición, relación espacial y temporal entre un fenómeno y otro, detección y procesamiento ante situaciones nuevas, construcción y diseño de objetos y figuras, y toma de decisiones subjetivas no basadas en la lógica, referidas a un momento concreto y particular, en condiciones que no son completamente conocidas. El prefrontal izquierdo está especializado más con el control de conductas guiadas y programadas internamente (generar estrategias), mientras el derecho con el control de conductas guiadas externamente, en respuesta a eventos en curso, ante estímulos presentes en un momento determinado. Lesiones en el prefrontal derecho dan lugar a perseveraciones.

Cognición social. Respecto al reconocimiento de caras, el hemisferio derecho está especializado en distinguir con mayor precisión caras que se asemejan, así como en reconocer caras familiares de otros. Sin embargo, el hemisferio izquierdo parece más especializado en reconocer el rostro propio. El hemisferio izquierdo parece ser el dominante en la expresión voluntaria de los gestos de la cara, mientras los gestos espontáneos son emitidos por ambos hemisferios. Respecto a la teoría de la mente, se piensa que de existir una lateralización, sería el hemisferio derecho el dominante. Algunos investigadores han sugerido que el hemisferio derecho estaría especializado en realizar atribuciones rápidas y automáticas, mientras el izquierdo las realizaría más lentas, con razonamientos más deliberados. 

Emoción. Existe la hipótesis no confirmada de que el hemisferio derecho se encarga de procesar las emociones negativas, mientras el izquierdo de las emociones positivas. Lesiones en el hemisferio izquierdo (frontal) provocan reacciones emocionales catastrofistas (miedo, llanto, desesperanza), mientras las lesiones en el hemisferio derecho (corteza basotemporal, orbitofrontal, ganglios basales y tálamo) provocan indiferencia o respuestas eufóricas inapropiadas (manía). También en estudios de neuroimagen se observa una mayor activación del prefrontal y temporal izquierdo ante imágenes agradables, mientras las desagradables provocaban activación del frontal derecho. Sobre esta idea existe una visión alternativa, que relaciona el hemisferio izquierdo con las conductas de aproximación (alegría, ira); mientras el hemisferio derecho está más relacionado con las emociones de retirada o distanciamiento (miedo, asco). Las lesiones en el hemisferio derecho parece tener mayores efectos sobre la respuesta emocional, afectando a la prosodia del lenguaje y el reconocimiento de expresiones faciales. Parece que el hemisferio derecho presenta superioridad en el reconocimiento de la información emocional y la regulación del estado de ánimo y el afecto. Las lesiones en el hemisferio derecho también se han relacionado con el procesamiento de la intensidad emocional, especialmente cuando implican al parietal derecho.

Música. Los estudios llevados a cabo por los psicólogos Isabelle Peretz y Robert Zatorre, han concluido, entre otras cuestiones, que el hemisferio izquierdo desempeña un papel fundamental en la agrupación temporal para el ritmo, mientras que el hemisferio derecho desempeña un papel complementario en la métrica (melodía). Parece que existe una superioridad del hemisferio derecho en el reconocimiento de acordes en las personas que no son expertas en música, lo que se ha relacionado con la teoría novedad-rutinización de Goldberg, antes mencionada. El lóbulo temporal derecho tiene cierto grado de especialización en la elaboración de algunos atributos de los estímulos musicales, aunque para la elaboración más compleja es necesaria la interacción de los dos lóbulos temporales. También se ha comprobado un mayor volumen en el área de Broca izquierda en los músicos, mientras que el mayor volumen del la circunvolución de Heschl respecto a los no músicos se da en los dos hemisferios.

Cognición matemática. Aunque el procesamiento de información matemática implica a numerosas funciones cognitivas en las que participan ambos hemisferios, parecen existir ciertas asimetrías. El surco intraparietal de ambos hemisferios está específicamente relacionado con la cognición matemática; pero mientras el derecho se ocupa de la estimación de cantidades, el izquierdo se encarga de tareas de comparación, tanto de estímulos simbólicos (dígitos), como no simbólicos (ej.: puntos), como de cálculos numéricos. La circunvolución angular izquierda es clave en los procesos automáticos y dependientes del lenguaje implicado en la realización de problemas matemáticos. Se encarga de la representación simbólica, mediante palabras o mediante números. Con ello se permite el cálculo exacto (operaciones sencillas exactas que aprendemos de memoria para agilizar el cálculo, como las tablas de multiplicar o las operaciones aritméticas simples con cifras pequeñas menores de 10). Existe una correlación positiva entre la activación del giro angular izquierdo y la competencia matemática, al existir mayores automatismos. Por esta razón tiene sentido que a los niños disléxicos les cueste memorizar las tablas de multiplicar, ya que el proceso de codificación fonológica depende de la misma región cerebral. Es el centro de la lesión en el Síndrome de Gerstmann.

Integración interhemisférica

Aunque existen ciertas funciones que están lateralizados en un hemisferio especializado, ambos lados del cerebro funcionan como uno sólo, compartiendo diferentes canales de comunicación a través de los cuales se coordinan. Los hemisferios están comunicados por comisuras, de las cuales la más llamativa por su gran tamaño es el cuerpo calloso; pero existen otras, como las comisuras anterior y posterior, así como otras vías subcorticales. Estas estructuras permiten que la información que recibe un hemisferio sea transferida de forma inmediata al otro hemisferio. A mayor demanda cognitiva por la complejidad de la tarea mayor es la interacción de ambos hemisferios.

Otro cuento sobre la lateralización: la contralateralidad o lateralidad cruzada y las dificultades de aprendizaje

La lateralidad es el conjunto de predominancias motoras particulares para el uso de una u otra de las diferentes partes simétricas del cuerpo que integran las mitades derecha e izquierda. Es el predominio de un lado del cuerpo sobre el otro, determinado por la prevalencia de un hemisferio sobre el otro. Dependiendo de esa predominancia, se dirá que una persona es zurda, diestra o ambidiestra (o ambidextra). Se puede dar una dominancia de la mano, del pie, del ojo o del oído. La mayoría de las personas son diestras, mientras que los zurdos suponen en torno al 10% de la población. Las personas diestras tienen casi siempre el procesamiento verbal en el lado izquierdo, mientras el procesamiento visoespacial predomina en el hemisferio derecho. Por contra, las personas zurdas son más heterogéneas, pudiendo presentar una especialización similar a los diestros, o a la inversa. En proporción, los zurdos están menos lateralizados que los diestros, lo que les puede favorecer en ocasiones en caso de lesión localizada en un hemisferio, y perjudicar en otras, ya que un zurdo con lesiones en el hemisferio izquierdo puede sufrir déficits espaciales. Estas diferencias no han podido ser explicadas a día de hoy.

La lateralidad ha pretendido ser relacionada con las dificultades de aprendizaje desde hace muchos años (Orton, 1937). En concreto, lo que denominan lateralidad cruzada, es decir, cuando no existe una lateralidad homogénea en un sólo lado (ojo, mano, oído, pie). Esta creencia supone un mito que no está sustentada por ninguna evidencia, habiéndose hecho muy popular en el ámbito educativo, y donde muchos desaprensivos ofrecen tratamientos con un alto coste. Una de las creencias con la que pretenden fundamentar esta idea está basada en la escritura en espejo que presentan algunos niños. Sin embargo, el 50% de los niños que tienen completamente definida su lateralidad presentan escritura en espejo, así como hay niños que no tienen bien definida la lateralidad y no cometen estos errores. En una revisión realizada por Ferrero, West y Vadillo (2017), queda clara la inexistencia de la relación entre la lateralidad cruzada y las dificultades de aprendizaje, así como de la ineficacia de las intervenciones que tratan de reeducar la contralateralidad, suponiendo una pérdida de tiempo, dinero y desgaste emocional innecesarios. Incluso hay por ahí formaciones que pretende aunar lo neuro con la educación en las que éstas y otras falacias forman parte de su currículum.

Diferencias de género en la especialización hemisférica

Sintiéndolo mucho por aquellos que desde una mirada ideológica afirman que no existen diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres, la evidencia científica dice otra cosa. Esto no quiere decir que sea uno superior a otro; pero sí somos distintos, nos guste o no. También lo siento por aquellos que se dejan llevar por los estereotipos sociales simplistas y machirulos, porque la cosa tampoco es como les gustaría. Ni para unos, ni para otros.

Se ha debatido mucho sobre si las mujeres están menos lateralizadas que los hombres, como si las mujeres tuvieran una configuración más similar a la de los zurdos. Esta idea no ha sido confirmada, encontrando resultados favorables y contrarios, incluso encontrando en algunos estudios una lateralización más acusada en las mujeres que en los hombres.

Otros estudios se han centrado en analizar las asimetrías o diferencias en las estructuras cerebrales de ambos hemisferios, así como sus conexiones, siendo atribuidas a las diferencias en la distribución de los receptores de estrógenos y andrógenos durante el desarrollo. Entre las diferencias encontradas podemos mencionar las siguientes:

  • Más conexiones en el cuerpo calloso de las mujeres que en el de los hombres. Sin embargo, esta idea sólo se ha confirmado respecto al esplenio. También se han confirmado más conexiones en la comisura anterior en mujeres. Por otro lado, parece que existen mayores conexiones intrahemisféricas en hombres y mayores conexiones interhemisféricas en mujeres, desde edades muy tempranas, manteniéndose durante la adolescencia y la edad adulta. Se ha observado además mayor conectividad en el hemisferio derecho en hombres y mayor conectividad en el hemisferio izquierdo en mujeres.
  • Mientras los hombres tienen una concentración de sustancia gris más homogénea por toda la corteza cerebral, las mujeres tienen un mosaico de diferencias en distintas áreas cerebrales, por ejemplo, en las áreas que representan los dedos de la mano.
  • Mayor asimetría en el planun temporale en hombres, siendo el izquierdo mayor que el derecho, mientras en mujeres existe una simetría mayor. En hombres, a mayor asimetría cerebral menor es el tamaño del cuerpo calloso, mientras en mujeres no se da esta relación.
  • Respecto a la cisura de Silvio, siendo en ambos sexos el segmento horizontal del hemisferio izquierdo más largo, en hombres es aún más largo que en mujeres. Si a eso añadimos que en el hombre el planum temporal del hemisferio derecho es dos veces más grande que en el izquierdo, las asimetrías son aún mayores en hombres.
  • Otras diferencias encontradas son: áreas más grandes en mujeres en frontal lateral, áreas paralímbicas mediales y áreas del lenguaje, además de presentar mayor número de circunvoluciones. En los hombres, áreas más grandes en frontales mediales, cíngulo, amígdala,  hipotálamo, ventrículos y mayor volumen de sustancia blanca.
A estas diferencias estructurales, se les ha intentado relacionar distinciones en el funcionamiento cognitivo entre hombres y mujeres, aislando posibles efectos de la experiencia, y analizando diferentes edades, encontrando las siguientes:

  • Habilidades motoras: superioridad en las mujeres en motricidad fina y movimientos secuenciales con las manos desde edades muy tempranas, mientras en los hombres se observa superioridad en arrojar objetos hacia un objetivo y atrapar objetos en el aire desde edades muy tempranas, no siendo atribuible a la práctica o estereotipos sociales.
  • Cognición espacial: mayor habilidad en las mujeres en memoria espacial, mientras los hombres obtienen mejores resultados a la hora de rotar objetos mentalmente, navegación espacial y conocimiento geográfico. La superioridad global de los hombres en tareas espaciales no se sostiene, siendo las diferencias en algunos tipos de habilidades.
  • Cognición matemática: mejor capacidad de computación en las mujeres, y mejor razonamiento matemático en hombres. Otra historia, que nada tiene que ver con el estudio de cognición, son las influencias sociales respecto al interés por las matemáticas o los conocimientos técnicos, en lo que entran estereotipos culturales; y cómo los estudios sobre diferentes sistemas educativos reflejan mejores resultados de los niños en matemáticas y en las niñas en lengua, o cómo las carreras técnicas son el último reducto en las que mayoritariamente hay hombres.
  • Percepción: mayor capacidad general en mujeres, encontrándose mayor velocidad perceptiva, mejor memoria de reconocimiento visual, mayor sensibilidad a la expresión facial y corporal y mayor sensibilidad general a estimulación sensitiva (umbrales más bajos), excepto la visual.
  • Capacidad verbal: superioridad femenina en fluencia y memoria verbal.
Por supuesto, hay que tener presente que son estudios en los que se comparan grupos y existen diferencias individuales.

Conclusión

Como podemos ver, la idea simplista y bobalicona de que existen personas de cerebro izquierdo y personas de cerebro derecho, o que la contralateralidad es origen de trastornos del aprendizaje, no se sostiene por ningún lado. Esto es de una enorme complejidad. Llevad cuidado con “profesionales” que afirman estas cosas para ofrecer supuestos tratamientos sin evidencia científica alguna. Que no os estafen y no os cueste dinero, tiempo y falsas esperanzas, con el consiguiente desgaste emocional.

Ya en serio, conocer las asimetrías y la especialización de los hemisferios cerebrales, las diferencias de sexo, o la lateralidad de una persona, son factores a tener en cuenta a la hora de valorar posibles déficits cognitivos; pero sin tergiversar ni dar lugar a ideas fantasiosas.

Lo que aquí se expone es una mera introducción. El tema da para muchísimo más, pudiendo profundizar en diferentes déficits cognitivos y cómo están lateralizados; en la evaluación neuropsicológica y sus correlatos hemisféricos; en la plasticidad cerebral y cómo ciertas funciones por daño en un hemisferio pueden ser compensadas hasta cierto punto, y a cambio de ciertas consecuencias, por el otro hemisferio;  en la especialización hemisférica a lo largo del desarrollo; los trastornos de aprendizaje y la correspondencia hemisférica (ej.: TANV), y un largo etcétera.

Esperando que la entrada pueda al menos ayudar a alguien a saciar su curiosidad, especialmente en el ámbito educativo, para evitar la propagación de ideas equivocadas con la moda de lo neuro, me doy por satisfecho.

Para saber más y mejor:

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