Especialización hemisférica: cuentos y evidencias
Cada cierto tiempo circula alguna imagen por las redes proponiéndote que la mires y, dependiendo de lo que veas, invitarte a descubrirte a ti mismo como una persona de cerebro izquierdo o cerebro derecho, como una persona analítica, reflexiva; o como una persona creativa y emocional. De nuevo ha corrido por las redes una de esas imágenes, esta vez la de un caballo caminando e induciéndote a preguntarte si lo ves andando hacia adelante o hacia atrás, pudiendo concluir, con semejante simpleza, si eres una persona de cerebro izquierdo o derecho. También te cruzarás con mucha frecuencia con una imagen de un cerebro dividido en dos partes simétricas, una, la izquierda, triste y gris, casi tétrica; y la otra, la derecha, representada por una explosión de colores muy vivos con imágenes de actividades creativas, pasionales y divertidas.
El origen del cuento
Como cuenta el propio Michael Gazzaniga, psicólogo, y la persona que más sabe sobre el tema, a principios de los años 60, a raíz de una neurocirugía (sección del cuerpo calloso) que había realizado el doctor Joseph Bogen a un paciente con una epilepsia muy incapacitante, y de los posteriores estudios de Gazzaniga sobre los efectos cognitivos del cerebro dividido, la revista Rolling Stone, realizó un reportaje de los hallazgos, a partir de lo cual se popularizó y tergiversó la idea, llevando a la concepción equivocada de que hay personas de cerebro izquierdo, más analíticas y lógicas, y personas de cerebro derecho, creativas e intuitivas. De ahí comenzaron a surgir libros con ideas simplificadas y exageradas que sirvieron para darle apariencia de rigurosidad al asunto. De tanto en tanto, vuelven a las andadas. Como entretenimiento puede resultar divertido para algunos; pero el problema es que sigue pululando hoy día también en ambientes profesionales con la moda de lo neuro, como el educativo o el empresarial, lo cual ya es más preocupante.
Antecedentes del estudio de la especialización hemisférica
Desde los estudios de los neurólogos Paul Broca, en 1860, y Karl Wernicke, en 1874, que mostraban los efectos que tenían lesiones en el hemisferio izquierdo, se comenzó a pensar que los hemisferios cerebrales tenían funciones diferentes. Fue el neurólogo inglés John Hughlings Jackson, en su afán por comprender la epilepsia, el que introdujo la idea de dominancia cerebral, refiriéndose a que un hemisferio domina a otro en una función mental. Posteriormente, fue el psicólogo Oliver Zangwill, considerado el padre de la neuropsicología británica (gran amigo de Luria y que ejerció mucha influencia en Arthur Benton), el que hizo que resurgiera el interés por el estudio de la lateralización hemisférica. A mediados del SXX, es cuando el menospreciado hemisferio derecho también tomó su protagonismo de la mano de la neuropsicóloga Brenda Milner (alumna de Zangwill), quien demostró, entre otras muchas cosas, el papel del temporal derecho en la capacidad de adquirir nuevos recuerdos. Por otra parte, el neurólogo japonés, Juhn Atsushi Wada, en 1949, idearía un método, produciendo una anestesia temporal del hemisferio elegido y con ello conocer la lateralización del habla y la memoria en el individuo al que se pretende operar por epilepsia o un tumor. Este método tomaría el nombre de Test de Wada, suponiendo una alternativa a la sección del cuerpo calloso en los pacientes epilépticos.
A partir de los años sesenta, fueron los estudios de los psicólogos Roger Sperry y Michael Gazzaniga con pacientes epilépticos a los que se les seccionaba el cuerpo calloso mediante neurocirugías (realizadas por su compañero de batallas en Caltech, el neurocirujano Joseph Bogen), lo que supondría un punto de inflexión en el estudio de la especialización hemisférica. Por estos estudios Sperry sería galardonado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1981. Aunque estos fueron los investigadores que supusieron el avance más espectacular y relevante, paralelamente, también destacaron los estudios que en Boston realizaron el neurólogo conductual Norman Geschwind, la neuropsicóloga Edith Kaplan, con sus ideas innovadoras y estimulantes sobre evaluación neurocognitiva, y el psicólogo Harold Goodglash, y que supusieron una gran rivalidad en la carrera por conseguir los mayores descubrimientos sobre especialización hemisférica. Fruto del estímulo incansable de Gazzaniga en el origen y desarrollo de la neurociencia cognitiva como campo de conocimiento, se produjeron numerosos estudios sobre especialización hemisférica por grandes figuras del campo como, por ejemplo, Joseph LeDoux, con quien se trasladaba en una caravana a los domicilios de los pacientes con los que hacían los experimentos; Endel Tulving, que demostró cómo los lóbulos frontales derecho e izquierdo estaban involucrados por separado en la codificación y recuperación de la memoria semántica y episódica; Mike Posner, que se apasionó con la idea de analizar cómo funcionaba la atención en los cerebros divididos; o George Miller, con quien generó y sentó las bases del nuevo campo de la neurociencia cognitiva. La vida científica de Gazzaniga, dedicada al estudio de los cerebros escindidos durante más de sesenta años, es apasionante, entrelazada con las más grandes figuras de la neurociencia, y está maravillosamente contada por él mismo en el siguiente libro.
En los siguientes vídeos se ven algunos de los experimentos de Gazzaniga explicados por él mismo:
- El hemisferio derecho es ligeramente más largo y pesado. El hemisferio derecho se extiende más hacia delante. El lóbulo frontal es más ancho en el derecho. El lóbulo occipital es más ancho en el izquierdo.
- El hemisferio izquierdo contiene más sustancia gris. La corteza es más gruesa.
- Asimetrías estructurales en el lóbulo temporal, así como en el tálamo, lo que se relaciona con la dominancia del izquierdo en el lenguaje.
- El ángulo de la pendiente de la cisura de Silvio es menor en el hemisferio izquierdo. Además, la cisura de Silvio es más larga en el izquierdo. Esto hace que el área de confluencia entre el occipital, temporal y parietal sea más grande en el derecho.
- El opérculo frontal del área de Broca se organiza de forma diferente, lo que se atribuye a las diferencias funcionales en el lenguaje entre uno y otro hemisferio. El área visible de la corteza (giros) es un tercio más grande en el derecho, mientras que el área de corteza no visible de los surcos (crestas), es mayor en el izquierdo. La ínsula es más larga en el izquierdo.
- Las vías de los diferentes neurotransmisores se organizan de forma diferente (acetilcolina, dopamina, GABA, noradrenalina). Existe amplia evidencia que indica que la noradrenalina y la dopamina son responsables de comportamientos complementarios. La noradrenalina es fundamental para orientarse hacia estímulos novedosos y la conducta exploratoria, mientras que la dopamina es fundamental en la conducta redundante y estereotipada. Esto implica un vínculo entre el hemisferio derecho, la noradrenalina y la novedad cognitiva; y entre el hemisferio izquierdo, la dopamina y las rutinas cognitivas.
- Existen asimetrías globales entre los hemisferios, siendo más grandes en el izquierdo en las zonas perisilvianas y temporal medial, mientras que el derecho son más grandes las áreas del parietal posterior y el frontal dorsolateral. Las asimetrías más grandes son las áreas del lenguaje temporoparietales, las cuales se ven incluso antes del nacimiento.
- Las astas posteriores de los ventrículos laterales son más largas en el derecho.
- Existen asimetrías hemisféricas en cuanto a la expresión genética. Se sugiere que estos patrones pueden estar detrás de factores de crecimiento que produzcan las asimetrías entre los hemisferios.
- Más conexiones en el cuerpo calloso de las mujeres que en el de los hombres. Sin embargo, esta idea sólo se ha confirmado respecto al esplenio. También se han confirmado más conexiones en la comisura anterior en mujeres. Por otro lado, parece que existen mayores conexiones intrahemisféricas en hombres y mayores conexiones interhemisféricas en mujeres, desde edades muy tempranas, manteniéndose durante la adolescencia y la edad adulta. Se ha observado además mayor conectividad en el hemisferio derecho en hombres y mayor conectividad en el hemisferio izquierdo en mujeres.
- Mientras los hombres tienen una concentración de sustancia gris más homogénea por toda la corteza cerebral, las mujeres tienen un mosaico de diferencias en distintas áreas cerebrales, por ejemplo, en las áreas que representan los dedos de la mano.
- Mayor asimetría en el planun temporale en hombres, siendo el izquierdo mayor que el derecho, mientras en mujeres existe una simetría mayor. En hombres, a mayor asimetría cerebral menor es el tamaño del cuerpo calloso, mientras en mujeres no se da esta relación.
- Respecto a la cisura de Silvio, siendo en ambos sexos el segmento horizontal del hemisferio izquierdo más largo, en hombres es aún más largo que en mujeres. Si a eso añadimos que en el hombre el planum temporal del hemisferio derecho es dos veces más grande que en el izquierdo, las asimetrías son aún mayores en hombres.
- Otras diferencias encontradas son: áreas más grandes en mujeres en frontal lateral, áreas paralímbicas mediales y áreas del lenguaje, además de presentar mayor número de circunvoluciones. En los hombres, áreas más grandes en frontales mediales, cíngulo, amígdala, hipotálamo, ventrículos y mayor volumen de sustancia blanca.
- Habilidades motoras: superioridad en las mujeres en motricidad fina y movimientos secuenciales con las manos desde edades muy tempranas, mientras en los hombres se observa superioridad en arrojar objetos hacia un objetivo y atrapar objetos en el aire desde edades muy tempranas, no siendo atribuible a la práctica o estereotipos sociales.
- Cognición espacial: mayor habilidad en las mujeres en memoria espacial, mientras los hombres obtienen mejores resultados a la hora de rotar objetos mentalmente, navegación espacial y conocimiento geográfico. La superioridad global de los hombres en tareas espaciales no se sostiene, siendo las diferencias en algunos tipos de habilidades.
- Cognición matemática: mejor capacidad de computación en las mujeres, y mejor razonamiento matemático en hombres. Otra historia, que nada tiene que ver con el estudio de cognición, son las influencias sociales respecto al interés por las matemáticas o los conocimientos técnicos, en lo que entran estereotipos culturales; y cómo los estudios sobre diferentes sistemas educativos reflejan mejores resultados de los niños en matemáticas y en las niñas en lengua, o cómo las carreras técnicas son el último reducto en las que mayoritariamente hay hombres.
- Percepción: mayor capacidad general en mujeres, encontrándose mayor velocidad perceptiva, mejor memoria de reconocimiento visual, mayor sensibilidad a la expresión facial y corporal y mayor sensibilidad general a estimulación sensitiva (umbrales más bajos), excepto la visual.
- Capacidad verbal: superioridad femenina en fluencia y memoria verbal.
Para saber más y mejor:
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