Toma de decisiones académicas: elección de estudios en adolescentes

By Juan Carlos López - 13:21



<<Entrega tu corazón al oficio que has aprendido y así hallarás sosiego [...]>>
Marco Aurelio. Meditaciones

Una de las cuestiones que más nos preocupan es qué será del futuro de nuestros hijos, cuando sean adultos. Qué les gustaría ser de mayores, qué quieren estudiar, qué caminos educativos elegir y cuáles abandonar, qué habilidades tienen, cuál es su personalidad y en qué trabajos puede adaptarse mejor, a dónde les irá llevando la vida y las oportunidades que le ofrece la sociedad,... En ese mar de cuestiones, dudas e inquietudes, debemos llegar a un equilibrio entre aquello para lo que uno muestra tendencia (eso a lo que llamamos vocación) y qué estudios tienen salidas laborales. En ese análisis también habrá que tener equilibrio entre aquello que le gustaría a los padres que estudiaran sus hijos, y lo que quieren estudiar ellos realmente. Al fin y al cabo, es su vida y la van a vivir ellos, teniendo el derecho a decidir a qué dedicarla. Eso sí, como no tienen aún edad y experiencia para conocer cómo está la vida más allá de su domicilio, su colegio y su barrio, y que Internet y la televisión no ayudan siempre a que estén informados adecuadamente (y muchos están ocupados en vivir el aquí y ahora), los adultos que estamos a su alrededor, especialmente los padres (con ayuda de los docentes si les hace falta), también debemos darles un poco de orientación en la toma de decisiones sin imposiciones. No hay que provocar que nuestros hijos estén dedicándose toda su vida a una profesión que no les satisface nada.

A partir de la Educación Secundaria, los alumnos y sus padres se ven, desde una edad quizá demasiado temprana, abocados a tomar decisiones sobre materias optativas que, si bien en los primeros dos cursos son referentes a asignaturas optativas complementarias a su formación básica fundamental, a partir de 3º de la ESO y, muy especialmente, en 4º de la ESO y Bachillerato, suponen elecciones importantes que empiezan a condicionar la trayectoria académica.

En la toma de decisiones sobre qué estudiar hay que tener en cuenta varias cuestiones importantes:

  • Conocer los diferentes itinerarios que ofrece el sistema educativo, para lo que dispones de este blog que se puede consultar por familias y alumnos en cualquier momento, siendo más efectivo que el hacer charlas puntuales sin más (que también se hacen). En los centros escolares, también organizamos charlas de instituciones educativas que vienen de fuera del centro (universidades, Fuerzas Armadas, ayuntamientos, centros de Formación Profesional, charlas con antiguos alumnos,...).
  • Conocerse a uno mismo. Es necesario conocer cuáles son tus aptitudes (capacidades intelectuales, qué se te da mejor, habilidades sociales, creatividad, trabajo en equipo, liderazgo,...), personalidad (extrovertido, introvertido, autogestión, adaptabilidad, analítico,...), motivaciones (a qué quiero dedicar mi vida, cuáles son mis gustos, qué me apasiona,...). Para esto, entre otras cosas, se hacen evaluaciones  que pueden ser una ayuda más para elegir (preferencias profesionales, personalidad, capacidad intelectual,...).
  • Conocer el mundo del trabajo. Qué tiene salidas laborales, qué se exige (titulación, idiomas, uso de tecnología, habilidades personales), qué puede ocurrir en el futuro y qué profesiones nuevas pueden aparecer. Para ello, os puede venir bien leer la siguiente entrada del blog: [+].
Algunos tópicos que suelen decirse cuando se quiere elegir estudios pueden influirnos negativamente, pudiendo llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Los más habituales son:

  • <<Elige una carrera con futuro>>. El mejor futuro es ser bueno en una carrera. Si eres bueno, si intentas ser el mejor profesional que puedas ser, tendrás altas posibilidades de encontrar trabajo. A veces, existen carreras con mucha oferta de empleo, que son esas a las que se le dice "con futuro"; pero hay muchos candidatos, es decir, hay mucha gente que tiene esa titulación. Eso es lo que se denomina como índice de empleabilidad.
    • Titulaciones de empleabilidad alta: Alta oferta de trabajo y bajo volumen de titulados. Ej.: ingenierías generalistas (Ingeniería Industrial), ingenierías específicas (informática, telecomunicaciones, telemática,...).
    • Titulaciones de empleabilidad media: Oferta media y número de titulados moderado. Ej.: medicina, farmacia, ingenierías epecíficas (civil, química, naval,...).
    • Titulaciones con empleabilidad baja: Número de titulados muy superior a la oferta de empleo. Ej.: carreras de humanidades en general, ciencias políticas, periodismo, derecho,...
  • <<Carreras fáciles o difíciles>>. No se ha de pensar en la carrera en sí, sino en la práctica profesional posterior. Hay carreras que académicamente puedan parecer fáciles en comparación con otras; pero luego la profesión en sí es muy compleja de ejercer, requiriendo de una formación permanente, de grandes habilidades personales y de un desgaste emocional importante. Hay alumnos muy brillantes que deciden hacer esas carreras supuestamente fáciles por vocación. Ej.: magisterio, trabajo social, etc. 
  • <<Uno hace lo que se propone. Si quieres, puedes>>. Uno no puede controlar su vida al 100%. De hecho, tenemos una sensación de control sobre nuestras vidas que es mucho menor de lo que creemos. A veces, la vida te lleva por caminos que no tenías previsto y terminas dedicándote a cosas que has descubierto a mitad de camino en tu vida y que se convierten en tu pasión para el resto de tu vida. Con esto no quiero decir que no planifiquemos y nos esforcemos, o que el azar hará conmigo lo que estime convenientemente. Es jugar un equilibrio entre ambos extremos, que es lo difícil.
  • <<Eres tan listo que puedes estudiar lo que te dé la gana>>. A veces, se dice esto porque no termina de gustarnos lo que pretende elegir nuestro hijo, con todo el talento que creemos que tiene; pero también hay que escucharlo a él. Al final, es su vida y él o ella es quien la va a vivir. Ahora, otra cosa, es que le dejemos toda la responsabilidad. Eso tampoco es. Tenemos que ejercer nuestra responsabilidad de orientación.
  • <<Que estudie lo que quiera>>. No podemos quitarnos de en medio, evadiendo nuestra responsabilidad, dejándole todo el marrón a nuestro hijo/-a.
  • <<Que sea... como...>>. Como su padre, como su madre, como su primo, como...
  • <<A dónde vas tú...>>. A veces, somos nosotros mismos los que les cortamos las alas a nuestros hijos/-as, los que los limitamos.

Algunas reflexiones importantes son:

  • La posesión de una titulación concreta no es garantía de empleo. Depende del equilibrio entre mercado de trabajo y el académico, como ya hemos explicado. Pero cuanto más alta sea tu formación, más opciones vas a tener de conseguir un empleo.
  • Además de la formación académica, tienen un gran peso las competencias personales: habilidades sociales, iniciativa, autonomía, compromiso, creatividad, perseverancia, autosuperación, tolerancia a la frustración,... Y en esto también hay que formarse y no dejarlo al azar.
  • Si quieres estudiar una carrera que no está entre las que más salida tienen, puede optar por especializarte en un campo muy concreto que esté relacionado con las tendencias más actuales del mercado, pudiendo satisfacer ambas pretensiones: vocación y salida profesional.
  • La formación académica tiene más peso al inicio de la carrera profesional. Progresivamente, va ganando peso la experiencia profesional y la coherencia en la trayectoria y evolución laboral.

Para finalizar, dejamos un decálogo de buenas prácticas para tomar decisiones sobre tu futuro académico y profesional:

  1. Descúbrete a ti mismo: capacidades, habilidades, fortalezas, debilidades, gustos, sueños,...
  2. Infórmate: universidades, centro de formación profesional, titulaciones, asignaturas, especialidades, duración, lugar donde se hacen, coste económico,...
  3. Conoce el mercado laboral: salidas profesionales, sueldos, cómo es el trabajo,...
  4. Conjuga todos tus intereses: motivaciones, habilidades, salidas laborales.
  5. Apóyate en profesionales: profesores, orientador, charlas en el centro, pregunta a profesionales del sector, ferias de empleo. También escucha a tus padres.
  6. Decide tú: presiones externas, expectativas. Escucha consejos y después decide tú.
  7. Diferentes vocaciones: no tienes por qué tener una única vocación. A veces, no es fácil elegir una y desechar las otras.
  8. La especialización de tu vocación: si tu vocación no está entre las que más salidas tiene, opta por la especialización según las tendencias del mercado laboral.
  9. Si no lo hay en tu ciudad y puedes, ¡muévete! Además de poder hacer lo que quieres, vas a adquirir una experiencia de vida que te hará madurar y desarrollar habilidades para valerte por ti mismo, tener confianza en ti, aprender idiomas y culturas diferentes, conocer personas interesantes,...
  10. Realización profesional: El trabajo no sólo es un medio de subsistencia, también de realización personal.
Y una última cosa:

SI TE EQUIVOCAS EN UNA DECISIÓN NO SE ACABA TU VIDA CON ELLA. LAS DECISIONES ACADÉMICAS Y PROFESIONALES NO SON DEFINITIVAS. SIEMPRE PUEDES RECTIFICAR Y EMPEZAR DE NUEVO.

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